Violencia y Cultura

PROGRAMA REGIONAL DE PREVENCIÓN DEL MALTRATO INFANTIL-SEMINARIO DE FINALIZACIÓN

Valparaíso 8 de Octubre 2002

Tema del Encuentro “VIOLENCIA SEXUAL INFANTIL: CULTURA, DISCURSOS Y REFLEXIONES.”

REFLEXIONES SOBRE LA VIOLENCIA

Elena de la Aldea
Ante todo muchas gracias por recibirme entre Uds., hoy, en este encuentro para pensar y repensar juntos sus practicas, compartir conocimientos y conocer otras ópticas y perspectivas…
Mi idea era trabajar un poco sobre la violencia, su contexto, los métodos para pensarla, las maneras de definirla en la situación actual, algún punto sobre nuestras instituciones hoy, las que se ocupan de este problema, en especial. Les voy a pedir si, que escuchen desde el lugar de sus prácticas y que cualquier duda, oposición o contradicción que se les presente la escriban y cuando terminamos la exposición, las discutimos. Si les parece..
Mucho se habla en estos tiempos del tema de la violencia, cada uno le aporta sus particulares miradas e historias, sus lecturas, su ideología, su poética, sus experiencias. La violencia así es un abigarrado conjunto de imágenes, ideas, sensaciones, texturas. Su polisemia lleva con frecuencia, a que todos crean hablar de lo mismo y lo que realmente ocurre es que de aquello de lo que se habla difiere, a veces, profundamente. Me recuerda la historia de los 3 ciegos que tienen que reconocer un objeto con las manos. uno de ellos dice “es un muro”, el otro dice: “es una columna” “es una gruesa cuerda” el otro añade… en los hechos, cada uno tocaba una parte diferente de un elefante. ¿Qué hubiera pasado si alguien les hubiera dicho antes: “Van a tocar un elefante?”…quizás entonces uno hubiera dicho: “Estoy tocando su cuerpo”, el otro diría “toco su pata”, y el otro “toco su trompa” pero si la referencia no es a la situación actual es sólo la historia de las percepciones de cada uno la que dirige, lo percibido remite a conocimientos anteriores y desde esos conocimientos anteriores se le da un nombre a la experiencia. Cada nueva experiencia confronta, amplía, enriquece y modifica mi mirada del mundo. Y así se produce el crecimiento y el aprendizaje… Cuando no incluimos la apertura a lo nuevo, a lo diferente… quedamos confinados en el conocimiento ya adquirido y en la repetición. Y desde ahí nuestro desencuentro con los otros se ahonda. Aquí, hoy queremos ahondar el encuentro.
Así es que ahora me gustaría decirles en que consiste nuestro elefante de hoy: la violencia, decirles en que consiste para mí, y así cada uno podrá pensar en su propia definición y ver cuanto se aleja, cuanto se acerca y quizás así entre todos podamos construir la idea, al mismo tiempo que entender porque a veces no nos entendemos con otros, cuantas discusiones con colegas, compañeros de trabajo, padres, etc… parte de empecinarse en mirar sólo una parte del problema,… y una parte diferente de la que mira el otro… Decía Foucault “que la razón de ser de los intelectuales consiste en la modificación del propio pensamiento y el de los otros…en cuestionar …las evidencias y los postulados, en sacudir los hábitos, las formas de actuar y de pensar, en disipar las familiaridades adquiridas”
Quisiera empezar con lo que cada uno de nosotros trae, para ellos me gustaría que nos tomemos unos breves momentos para que podamos pensar –si quieren escribir, también puede ser útil- lo que para cada uno es la violencia, lo que para cada uno es lo violento… no busquen definiciones académicas, busquen o mas bien déjense encontrar por imágenes y definiciones que vengan solas, que se les presenten, se les impongan… Y cuando ya lo tengan… miren si las imágenes refieren a dolor, a cuerpo, a ideas, a limitaciones, a encierros, a sanciones, a diferencias de poder… etc… miren, analicen lo que apareció… y ténganlo presente a medida que vamos hablando… dentro de un ratito lo retomaremos…
La violencia es una producción social e histórica, todos los tiempos y los lugares vieron violencia, pero en cada uno de ellos fue, es, diferente, tiene cargas emocionales, terrores y fascinaciones e intensidades, características otras, es decir es otra cosa. “Necesitamos suspender por el momento la lectura de la violencia en clave de Mal para tomarla como un hecho social presente en nuestra situación”. (I.Lewkowicz)
Nada de lo humano pertenece al mundo de la naturaleza, y ni aun lo que consideramos Naturaleza pues ella también es nombrada como tal desde la cultura. Así podemos pensar que lo que llamamos violencia, sexualidad, dolor… solo es entendible y legible en un código social. “Violencia es lo que socialmente se instituye como violencia, no hay violencia por fuera de lo que los humanos devenidos seres sociales han determinado”.
Como veremos luego a traves de un antropólogo: Georges.Vigarello los tiempos de la historia han marcado diferencias fuertes en la comprensión de la violencia.

¿Y cuál la situación hoy, 2002, en nuestros países latinoamericanos?

Yo había traído algunas estadísticas. Por ejemplo en 1910 el 20% de la población más rico ganaba once veces más que el 20% más pobre. En 1997 el 20% más rico gana 74 veces más que el 20% más pobre. La ONU informó en América Latina que la mayor parte de las muertes de jóvenes entre 16 y 24 años se debe a la violencia. Setenta de cada muertes de jóvenes se origina en accidentes, asesinatos, violaciones. Veinte millones de infantes no puede asistir a la escuela. El SIDA se ensaña con los menores de edad de la región, pues se sabe que cada año se infectan 65.000 niños más. Se calcula que doscientos millones de niñas y niños adolescentes en América Latina y el Caribe, cien de ellos viven aún bajo el grado de pobreza y más de veinte millones trabajan. Más de mil millones de personas en todo el planeta no tienen acceso al agua potable, y bastaría el gasto anual en helados en Europa para solucionar el problema en cinco años. Esto ¿Creen ustedes que lo podemos llamar violencia? En Europa una neumonía, comprar los antibióticos para curar una neumonía equivale a dos o tres horas de salario, en África representa el sueldo de un mes. ¿Qué más? Vivimos cinco mil setecientos millones de personas en el planeta, mil seiscientos millones están en perores condiciones que hace 15 años, mil cuatrocientos millones viven por debajo de niveles de pobreza, 1000 millones son analfabetos, de los cuales seiscientos millones son mujeres. Mil millones viven sin agua potable, doscientos millones de niños menores de cinco años están desnutridos. En el sur hay un promedio de médico cada seis mil personas, en el norte uno cada trescientas. Mil trescientos millones de personas tienen menos de un dólar por día para vivir. La brecha se aumenta y se amplía. Seiscientos se gastarían para la enseñanza básica de todos, es lo que cuesta el gasto anual en cosméticos en Estados Unidos. Novecientos mil millones se resolvería el problema de agua potable y saneamiento. Once mil millones se gastan anualmente en helados en Europa. Trece mil millones de gastos para salud y nutrición alcanzarían para resolver el problema. Diecisiete mil millones se gastan todos los años en alimentos para animales domésticos en Europa y Estados Unidos. Bueno, nada de todo esto que les digo es nuevo para ustedes, pero me parece que cuando hablamos de violencia tenemos que considerar esta violencia que se ejerce sobre este niño que vive cerca de mi casa , es la violencia que está instalada en el planeta estructuralmente como forma de organización política. No es que falten recursos, este planeta es rico, da para todos. Pero, decía el otro día una ministra noruega, si todo el planeta tierra gastara y consumiera como los países europeos, harían falta siete planetas tierra para que sobrevivamos. Entonces, es un problema de distribución, no de cantidad de lo que nos falta.
Tiempos violentos y difíciles estos….Aunque como decía Borges, .hablando de un pariente lejano.”le tocaron, como a todo el mundo, tiempos difíciles de vivir” tendríamos que mirar cual es la especificidad de esta, nuestra dificultad. Tiempos de cambio en la naturaleza del lazo social, lazo que organiza la convivencia, momentos de modificación de los fundamentos de los vínculos entre los individuos. Se están produciendo cambios en los discursos y las practicas de las comunidades, en esos discursos y esas practicas que las convierten en lo que son.
Podemos hacer la hipótesis de que la violencia se presenta donde se rompe o se hace inoperante el lazo social. Violencia del pasaje de un orden social a otro, todo pasaje es siempre ilegitimo, dada una situación instituida para pasar a otra hace falta un acto de quiebre de lo ya dado que en la mayoría delos casos, se resiste a ser destituido. El lazo social, es justamente el que instituye en una situación social, cultural el modo de ser hombre para esa sociedad.
Asistimos hoy al agotamiento del lazo social que organizo la Modernidad. Con ello también cambia la naturaleza del modo de ser hombre y por lo tanto de las relaciones de los hombres entre sí, y en consecuencia de los significados de la violencia que nace en esas relaciones.
Ese lazo social estaba basado en el ciudadano, en el sujeto de la conciencia, en la racionalidad, en la representación, en la historia, en la noción de progreso individual y colectivo.
Y si seguimos la línea de observar nuestros obstáculos de pensamiento descubriremos nuestra tendencia a seguir percibiendo lo mismo que antes veíamos aun cuando ya la diferencia nueva esta ahí activa y presente. Esta es una gran dificultad para registrar la novedad. En el plano del psiquismo Freud llama a este proceso psíquico la viscosidad de la libido: es la tendencia del aparato psíquico a adherirse a los objetos. Es seguir diciendo “eso fue siempre así” y “así seguirá siendo”. Esto nos impide pensar lo nuevo, aceptar el cambio. La Modernidad se acabó, pero seguimos muchas veces pensando en clave de historia, de origen, de razón, de integración, de conciencia, sin ver lo múltiple, lo indeterminado, el caos, lo inconsciente, lo fluido. Y cuando los vemos solo los podemos pensar en clave de defectos, enfermedades o alteraciones de la “realidad verdadera”, “la de antes”, “la conocida”. La que ya esta ahí establecida, naturalizada, es decir de la cual se borraron las determinaciones históricas que la constituyeron.
Esta negación a ver los cambios también es una postura de fuerte violencia, y es la violencia que le hacemos a nuestro aparato de pensar para no ver lo que estamos viendo, no entender lo que estamos entendiendo, no percibir lo que estamos percibiendo. Al mismo tiempo que este mecanismo de negación de la realidad nos resta capacidad de respuesta frente a los hechos, nos debilita.
Hoy estamos frente no sólo a mas violencia, o a una modificación de los indicadores estadísticos de la violencia sino que lo que aparece es otra violencia. Es la violencia de la instauración de otro modo de ser tanto individuo como sociedad.

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